Ayer pensaba escribir una entrada sobre la final de baloncesto y ese último tiro de Gasol pero me dió pereza escribirlo y lo dejé para hoy. Curiosamente la columnista del diario gratuito ADN Montserrat Domínguez ha escrito hoy un artículo bastante parecido al que yo tenía en mente. Es el siguiente:
Match Point
Woody Allen lo plasmó maravillosamente en Match Point: el momento en el que la bola de tenis queda en equilibrio imposible sobre la red, y durante unos segundos duda entre atravesarla y sentenciar, o quedarse en el propio campo.
Cuando Pau Gasol lanzó la última pelota a canasta, ese instante duró mucho más que el tiempo que marcaba el cronómetro. Sin necesidad de repeticiones televisivas, descripciones o gráficos, cualquiera que viera ese tiro puede reproducirlo mentalmente a cámara lenta. El balón voló, coqueteó con la canasta, y de repente, como si tuviera vida propia, se rebeló y decidió no entrar. Así dibujó la línea que separa el glorioso triunfo de la amarga derrota, por tirar de los tópicos que tan fácil nos hacen la vida a los periodistas. Un punto, una décima, un segundo: la vida de los deportistas está marcada por el tiempo y la medida, y a veces es el azar el que ensalza o desprecia largas horas de esfuerzo.
El común de los mortales lo tenemos más difícil para identificar el momento exacto en el que la vida nos cambió para siempre. Salvo un accidente, una enfermedad o el gordo de la lotería, tenemos que rebobinar para saber si fue esa palabra que dijimos de más, o quizá la que no llegamos a pronunciar; si fue un gesto que no llegó a tiempo; o si fue la pereza o la ansiedad las que nos empujaron a actuar demasiado tarde o demasiado pronto. Necesitamos perspectiva, y aun así, no siempre sabremos si fue el azar el responsable de todo lo que pudo haber sido, pero no fue.
Reconozco que la idea del azar es algo que me obsesiona y sobre la que pienso de manera recurrente, de como pequeños o grandes sucesos marcan tu vida de forma más o menos notable.
Nuestra vida es solo uno de los multiples caminos que se podrían recorrer.
Por ejemplo, ¿si me gastara los 39 euros que cuesta el concierto de Helloween + GammaRay cambiaría mi vida sustancialmente? ¿Ligaría esa noche? ¿Me caería un foco sobre la cabeza? o ¿Simplemente tiraría 39 euros de la peor forma posible?
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