Acabo de ver el último episodio de esta serie y me he quedado sin palabras; ¡qué manera de cerrar todos los arcos argumentales! ¡qué elegancia! ¡qué guión! ¡Soberbio todo!
Sin duda es una serie que mejora según van pasando las temporadas. Bueno, en realidad son todas cojonudas. Impresionante la forma de, practicamente con los mismos personajes, reinventarse temporada tras temporada. Y es que en ningún momento ha tenido miedo ni de hacer cambios radicales ni de pegar saltos temporales que han hecho que sus personajes sean de los más complejos que he podido ver yo en una serie, llenos de aristas y de profundidad.
En fín, que estoy con el sentimiento agridulce de haber disfrutado tanto con la serie pero jodido por no saber más de las vidas de los personajes (especialmente de Brenda).
Por cierto, al Metales Conductores número 5 ya solo le quedan unos detalles, de aquí a nada ya está terminado.
martes, 4 de septiembre de 2007
A dos metros bajo tierra
Perpetrado por Alvaro a las 19:35
Etiquetas: miscelanea
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